viernes, 14 de diciembre de 2007

Televisión

boomp3.com

Pablo, en un lugar ligeramente iluminado, en el área de lectura de una recién inaugurada biblioteca, recordaba con presteza el sueño que tuvo hace mucho tiempo. Con un dolor áspero en la nuca, dejó de mirar las letras del libro que tenía en mano, pues éstas se movían intranquilas cual danza de salón luego de las formalidades ceremoniales provocadas por su recuerdo. No podía dejar de ver constantemente el afiche de "zona segura en caso de sismo" del lugar. Su mundo temblaba y encontró descanso en el verdor del afiche posteado en el rincón del área de referencias.

En quietud, mirando la horrible plastificada mesa, se dio cuenta de que estaba envejeciendo y su sueño mengüando. Sus sentimientos se opusieron. Fotografió su vida y ninguna imagen ameritaba logros. Jamás miraba de frente. Entre los distintos poco concentrados lectores, disfrutaba combinar los colores de las prendas que éstos usaban e imaginar qué tanto le caerían a él. Magra realidad; nada le quedaba.

Su otoño no fue el esperado, se había propuesto mil cosas: dejar de ser pobre, amar a sus hermanos, salvar a la humanidad; jamás se sintió tan despiadado. Había roto con todos sus deseos. Pensó que sus sueños lo definían justamente: sueños vacíos. -Maldición. Mis manos están desgastadas, estoy adornado de pifias y me siguen sirviendo en casa, cual ceniciento, un cucharón de comida.

Había dejado de disfrutar el libro que tenía en manos porque no se sintió a la altura de su escribidor. Él era tierno, bueno, pero vivía en una burbuja de irrealidad. La mujer que pretendía amar lo dejó por un pigmeo que sí sabía satisfacerla. Blanco y negro. Era el peor de los romeos, fatídicamente, con ausencia de veneno. Justo antes de que cayera la primera lágrima en el libro prestado, se agachó como reconciliándose con sus brazos. No quiso abrir los ojos, de todas formas todo estaba oscuro.

Comenzó a soñar nuevamente, era bueno para eso. Podía ser dueño de sí mismo. No perjudicaba a nadie y, mejor aún, nadie le perjudicaba a él. Se libró prontamente de sus deseos, confesó su necesidad de confesar. En su mente sonaba la introducción de Mr Roboto, canción emblema de Styx, según él, que ayudó a preludiar sus sueños. Quizás sería más sencillo estar formado por circuitos, con un botón de autodestrucción en el vientre. Comenzó a reir por su inmadurez. Demasiada tecnología, demasiados lapiceros cayendo, demasiado grafito escribiendo. Tantas cosas y tan poco tiempo.

Su universo se tornó azul. El azul sereno escoltando sus sueños, el azul aromático de su primer amor. El azul del lapicero Pilot. Mientras soñaba que navegaba en un azul transoceánico, pudo ver a lo lejos un Disneylandia en medio del mar. Vio a su padre engañando a su madre en el mismo bar. Vio a sus amigos haciéndole reír inútilmente. Vio a la traicionera, cuando empezó a llegar a un túnel. ¿Será el tunel de la muerte? No, la muerte parecía placentera, ¿entonces? Todo estaba oscuro, su corazón dejó de latir. Se asustó, pero no buscaba una salida pues ni quería encontrarla. De pronto, logró ver una ciudad en medio de esa espantosa oscuridad. Una ciudad casi plateada que combinaba muy bien con el azul casi empalagoso que tenía en mente. En esa ciudad no habían niños jugando, solo silencio. Lo cual le pareció un paraíso. No exitía tampoco la autenticidad, ni lo difícil que resulta encontrala. Sólo pudo ver seres amorfos radicalmente iguales que corrían libres, con esa libertad que Pablo tanto anhelaba, por las calles plateadas. -Esta es mi ciudad, así deshabitada estás buena. Mis amigos serían felices si me vieran aquí. Mi novia se moriría de celos porque esta ciudad me despierta más que su alevoso tacto.

'Ya no me importa nada', dijo e instantáneamente todo desapareció. Se sintió acosado por algo, encasillado por unos pasos que invadían su azul. Aún así lo permitía, es decir, sabía que su reinado, su dominio no era eterno. Jamás lo es, se dijo. En su suave cabellera, sintió las manos más delicadas del mundo pasearse cual brisa colma de niebla un bosque antiguo. Sintió un dedo de aquella mano bailando seductoramente por el remolino de su cabello. Luego, casi jugueteando por la nuca, saboreó el sutil toqueteo y sus ojos se estremecieron. Por un momento quiso abrirlos y ver de quien se trataba, pero mantenerlos cerrados le parecía más sensato. -Es ella, la traicionera, viene a amarme- Puso la mano izquierda encima del libro, abrió los ojos y se volvió buscando la mano para olerla mientras volteaba. -Maldición.

Un varón de mediana talla, torso delgado, vestimenta asquerosamente pulcra, sonrisa sobrecogedora y macabra a la vez. Sus ojos color miel eran lagunas que buscaban saciarse de algo que no entendía. Vio su carné, el cual se encontraba colgado simétricamente del bolsillo de la camisa, como un poema que respeta las aburridas leyes métricas. Era el bibliotecario, o quizás un simple empleado. Jorge Mansilla.

La gente se había ido. Pensó por un momento en lo útil de un botón de autodestrucción en ese instante. Intentó relajarse. Miró tranquilamente la hora. Las once y quince. -Es hora de cerrar, guapo- Aún no entendía nada. Aquel hombre mantenía esa sonrisa mesmerizante esperando no sé qué respuesta. Pablo quiso levantarse y "de casualidad" romperle el fino tabique con un cabesazo. ¿Pero de qué iba a valer eso? Recordó, además que el marica fue el único con quien cruzó palabra ese día. Pensó en su novia e imaginó con mucho esfuerzo que ella estuviese espiándolo justo en ese momento decisivo. Entonces se levantó. Le dijo a Jorge, 'gracias, guapo'. Se acercó tímidamente a su mejilla y lo besó. Le dio el libro con las dos manos. Continuó su camino hacia la puerta de salida silbando la parte introductoria de Mr. Roboto.

jueves, 6 de diciembre de 2007

TRYING...



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Mi cabello está corto pero me sigue tapando el rostro

Invisible//Transparente

Humanidad, plomo, suciedad, berrinche
miedoOo... cólera, frustración.

El camino largo, mis piernas cortas.

Susceptible (ble, ble, ble)

Todo en contra, todo a favor ¿quién eres?
El atributo más difícil que existe es ser yoOo...

Soy quien tú quieres que sea. Soy mi amor.
Lancelot, fulminante; Wallace, llorón.
El odio huele bien, pero es porque no tengo nariz.

Cráteres, marcianos, ternura.

Es hora, Dios dice.

No quiero respuestas, quiero tus manos, tus manos, tus manos.

Mi verbo, mi todo. Espérame, espérame.

Yo... lo sé todo.
Pero mi nombre ya no es peligroOo.
Dependencia del independiente, flojera y tedio.

Mi camino está señalado, tu atributo me sostiene.

Ya es hora, dice.

Me muero por Nínive, me muero por Ti.
Mi plano favorito. Mi eterno septiembre. Mi lluvia.

oOooooOooo

Sueño, sueño, sueñoooo...
Adicción, quiero más, quiero más, quiero más.

Nada más, no te vayas, Elohim.

Ya es hora, dice.

Llegó tu tiempo. Tu luz. Azul.

Azul.

Azul .

Azul .

Confianza, engríeme. Mesas, pudor.
Izquierda, deformidad. Bulla.

El llamado del único. El llamado.
Elimíname, destruye.. destruye.

Trémulo.

Llegó la hora de ser Real.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Pulgas, Pelo, Perros ¿Solemnidad?

Acabo de descubrir la idea más infantilmente brillante sacudiéndome los oídos (para variar). Se trata de formalizar, ceremoniar, oficiar, celebrar el día del animal más humanizado -en el sentido de complementariedad- que existe: el perro. No sé si el mejor amigo del hombre, pero sí, como diría Jules Winnfield (personaje de mi pelicula favorita que encarna Samuel L. Jackson), el de más personalidad -comparado con un cerdo, por supuesto- acaso "perronalidad". Sin duda, un perro es un ser fácil ¿por eso nos gustan tanto, verdad?

En fin, buscando en la red alguna suerte de Dog's day me vine a encontrar con un fenómeno climático, llamado burdamente (en español) canícula, que alude a los días en cierta temporada del año en que es más fuerte el calor, tanto en el hemisferio Sur como en el Norte. Convencido de que nunca más buscaré alguna definición o apología a alguna idea que me venga en mente en google, paso a definir el Día del Perro, según Karen Sánchez.

El Día del Perro*

Para la satisfactoria realización de dicho día han de realizarse los siguientes pasos:

1º Con necesariedad, dicho día festivo, ha de realizarse el 26 de diciembre de todos los años. Puesto que los perros también quieren una navidad, o quizás necesitan creer en el nacimiento de un Salvador también en tanto lleven una vida de perros.

2º El cumplimiento, ampliamente desarrollado en la formal Declaración de los Derecho Fundamentales de los Perros, de una correcta manifestación para el respeto de la vida perruna.

3º Por ser de carácter universal, esta celebración es exclusiva y conjunta entre seres humanos y perros.

4º Los requisitos obligatorios para una mínima correcta celebración del aludido día son:

i) Si posee dueño, sacar al perro a pasear; y si no, tener el privilegio de adoptar uno por un día.
ii) Dar abundante alimento, que el mercado se encargará de abastecer en caso de alta demanda, a cualquier perro visto en la calle.
iii) Ponerle en el cuello, luego de un baño por supuesto, una medalla de honor y agradecimiento por demostrarnos que son más perros que nosotros.
iv) Cada persona deberá dejar un hueso -de las sobras del día de la festividad anterior preferiblemente- y agua limpia, en la puerta de su domicilio.
v) Comprar y usar, por ese día, un polo (esperemos diseñado y repartido por la planteadora de esta idea) que haga notar claramente "Yo Y a los perros".
vi) Mantener el decorado con motivos de perros, para que el ornato poblacional se una en una sola voz, o ladrido.

5º El que incumpla esta norma, será drásticamente mordido por un perro con dosis extra de rabia.

*El comité organizador de este tremens evento y, con súplica, el descabellado escritor de tan maniaca petición, no se responsabiliza si alguna que otra perrita se encuentra en celo y se desarrolla una hecatombe perruna en el mundo.

domingo, 28 de octubre de 2007

La lengua del hombre

La gran utopía -la unión humana-, quizás, se vio bruscamente interrumpida en un contexto que hizo de dicho pensamiento (o ideal) verosímil. La inocencia, sobre todo, realizó , en ese entonces, lo que tanto se anhela hoy. Al entrar a la universidad y notar que un curso electivo era el Runasimi, me vi seducido a llevarlo. Busqué una excusa y vaya que la conseguí. Mi acercamiento es lento y fascinante. Me deslumbra saber cómo estuvo estructurada nuestra lengua ancestral (ignorando todo discurso de disputa étnica o de "integralidad" peruana), además de concentrar más mi atención en la descripción de lenguas con una teoría general del lenguaje. Lo disfruto y quiero escribirlo.

Runa: hombre, Simi: lengua
[La lengua del hombre]

Se hace notar tal distinción en su totalidad, sin acepción. Cierto, no estamos en un mundo de indios. ¿Pero si...? La definición de hombre suena a universal. Elemento que integra. La lengua del hombre. No del barbón, no del amarillo, sino del hombre. ¿Manejaremos alguna, alguna vez? Creo que sí. Incluso ya lo hemos hecho. La distinción nace cuando hay diferencia. Pero la unión renace cuando hay conexión y vínculos. Gracias mestizaje, pero más gracias aún mente porque no me haces adoptar "integralidad" discriminatoria, sino "vinculatoria". Vinculados más rico.

Y con respecto al quechua, gracias a una iniciativa fabulosa de colaboradores, investigadores, diseñadores multimedia, la PUCP, etc., por integrar el curso gratis de quechua básico en este link (Runasiminet), podemos acceder a una de las lenguas más hermosas del mundo. Nuestro aglutinante runasimi. Los invito a disfrutarlo.

jueves, 25 de octubre de 2007

Cuentito Ponja

Bien, no mantiene éste la dulzura de uno, pero si lo ilusorio y sobrecogedor. Nuestro 'chino, chino, chino', a quien -debo admitir- admiraba con fina inocencia a los 6 años porque "el chino acabó con los apagones", ¡vaya, gracias chino!, mantuvo la fórmula idónea para la política "a lo peruana":un fin justificando los medios -quizás argumento más "convincente" de sus ahora defensores. Como dice Fernandez Stoll (no ubico algo en la web para linkearlo), en su artículo escrito en PuntoEdu, y de acuerdo con Él, su juicio (lo correcto que proceda de ello, esperemos) puede cambiar la imagen de nuestro país como "el país de las segundas oportunidades". Esto, y lo que me compete ahora, lo anticipó muy bien Gabo (conociendo la historia peruana ¿quién no?), en una párabola que activa el deja vú colectivo de los peruanos, ahí va:

Había en Japón un niño muy
astuto que de grande quería ser
rico. Pensó que para conseguirlo
tendría que mudarse a un país
lejano, donde pudiese hacerse
elegir presidente. Estudió el
globo terráqueo, y se decidió por
el Perú.

Fue elegido presidente.

Se hizo poderoso y rico.

Y regresó al Japón

Gabriel García Márquez. Parábola Peruana.
(El Comercio, 16-09-07, Por Julio Ortega)

¡Vamos, chino! ¿acaso éste no es tu país? Si te tratamos tan bien. Aprende de "Senderito", a quien aún admiro sólo por su inteligencia (debo aclararrrrrr), que está calladito y feliz pasando la condena tras rejitas. Justicia pe' varón: remedio pop.

jueves, 11 de octubre de 2007

Sorpresita, sorpresita

Aún me es difícil asimilarlo, cuento las horas, pasan los días y mi mente no concibe aún que en el primer cajón de mi "calcominada" cómoda encuentre una entrada preferencial para el concierto de Jorge Drexler.

-Aló, coliflor. ¿Qué tal, estás en la u?
-Sí, recién salgo de clases.
-Baja a mi lonsa po, nos quitamos a comer a la una.
-Ya, bacán. Oye, te tengo una sorpresa.
-Es otra de tus propuestas indecorosas maquilladas, ahora, de sorpresa ¿seguro?
-Ja ja ja. ¡Cómo hablas oe!
-Bueno. Ya te he dicho que no te voy a llevar al "colmena".
-Ja ja ja. Cállate. Voy a tu lonsa pes. Chau.
-Chau.


Marginando lo que significaría risas y, debo admitir, desconcierto, seguí mi rumbo a las tediosas clases de los martes. Termino. A almorzar. Busco a mi amiga, a quien me gusta imitar por su forma encogida de hombros y torpes sonsonetes provocados al caminar, pues la veo tan original.

-Oe, ¿dónde estás?
-Por mesa de partes.
-Ya, ya voy.

Con ojos adormilatados, y sonrisa desnivelada pregunto: ¿Cuál es tu sorpresita?
-Jorge Drexler, segunda fila. ¿Ya ves cuánto te quiero?

Es, a mi parecer, totalmente innecesario describir las reacciones que surgieron, pues son, digamos, reacciones (¡viva la redundancia!) improvisadas que se agotan cuando esta se apaga. El punto es que, este sábado, tengo una cita en el Polideportivo de mi universidad, a donde me he acercado no más de dos veces y sólo para llenar agua, para degustar de la, como es descrita en la reseña de RPP, intimidad de tan excelente músico y poeta -calificado así, obviando el tema sin fin de 'poeta' o 'trovador'. Con siseos electrónicos, y su precisa (no preciosa) guitarra y voz(s), vendrá -casi de improvisto- a Lima, ante la insistencia y, bueno, la encomiable iniciativa de Mabela Martínez para celebrar, con un capricho merecido, los 10 años del programa que conduce, Sonidos del Mundo. En cuanto a la coliflor, pues, gracias ¿no? "Tu vida vale lo que un sol vale".

jueves, 4 de octubre de 2007

El genio y su 'quedo' inicio

Me empezó a fascinar Truman Capote desde que vi una película que hicieron de él, Capote (2005), en la cual un Philip Seymour Hoffman deslumbra, con una actuación realmente potencial, y realiza un facsímil casi idealizado del verdadero personaje. En la película se cuenta qué ocurrió en el viaje que él realizó en 1959 a Holcomb, pequeño pueblo de Kansas, donde habían sido, sin exagerar, cruelmente asesinados la familia Clutter (un agricultor, su esposa y dos hijos), para escribir un reporte en The New Yorker, en donde trabajó desde muy joven. Fruto del viaje fue la casi endiosada "novela no-ficción" A sangre fría (1966).

Talvez, debí adquirir el libro de inmediato, talvez no. Sucede que, más que su decantado libro premiado, quedé convencido de su calidad y, en otro sentido, caprichosa producción. En la feria del libro, en junio de este año, la 12º Feria Internacional del Libro, me decidí a comprar su más neófito libro. Su ambiciosa, como todo incipiente productor de errores pasionales, primera novela: Otras voces, otros ámbitos (1948). La edición que tienen en imagen.

Aunque empieza con, debo reconocer (pues lo he comprobado y me lo han mencionado), saturadores detalles y, a veces, empalagosas descripciones, acaso triviales, la novela te envuelve en una atmósfera de la que no puedes escapar, de un misterio que rodea las peripecias del niño de 13 años, Joel (protagonista de la historia) y los demás personajes, que, en cierto punto, logran volverse parte de tu vida. O, bueno, eso me sucedió a mí. En mil casos me reconocí; en otros mil, me desarraigué. Pero en su totalidad, en su esencia, logró convertirme, nuevamente, y creo la intención de la novela, en un niño y al instante, como para no disfrutar tal evocación, transformarme en un no niño. No muchos podemos decir/recordar el momento exacto en el que dejamos de ser niños. Con la capacidad de observación como mejor arma y la envoltura ensimismada de todo niño, lográ atrapar al lector de inicio a fin. Debo, pues mi capricho no me lo impide, mencionar que mi personaje favorito fue Idabel, si leen la novela sabrán por qué.

Hoy terminé de leerlo, y debo decir que, con profunda lástima, detesto dejarlo, pues, hasta cierto punto, es un back to reality. En fin, escribo esto para animarlos a leer la novela, con diccionario en mano, pues contiene, fiel a su autor, un, también, léxico caprichoso, y muchas ganas- no considero una novela para flojos. Fue un gran viaje, debo reconocer. Pero quedan mucho más, debo pavonear.

"-Me voy, padre -dijo. Y, en cierto modo, era la primera vez que reconocía el parentesco. Se puso lentamente de pie, colocó las palmas de las manos a cada lado del rostro de Mr. Sansom y juntó sus labios a los de él-. Mi único padre -susurró. Se volvió y, mientras descendía la escalera, lo repitió, pero esta vez para sí".
Otras voces, otros ámbitos. Truman Capote, 1948.

*Para saber más sobre Truman Capote accedan a este link.

Bienvenida

No pretendo convocarlos a una bitácora de distinción novata, a un espacio de temas delimitados, o a un diario-muestra de mis umbrales juveniles (si es que se puede considerar así). Este lugar -digo, pues considero este blog un campo donde, en cierta medida, podrán encontrarme- los acercará a mis más vanos intereses, mis más vanos relajos, mis más vanos apuntes. De eso se trata; al estilo de moleskine sin temática, reuno, con frialdad y poca fidelidad, ciertas barrocadas (llámense, calinadas) que no harán sino acercarlos a mi antagónica, aunque firme, realidad.

Debo aclarar que no soy un prolífico escribidor, simplemente pretendo romper con la rutinaria idea del blog a compromiso. Eso es. No me comprometo, de ninguna manera, a actualizarlo diariamente, semanalmente, quincenalmente. Y esto se debe a que ya he fallado en el intento: entre las ramas. Simplemente, quiero alborozar mis momentos, y si te sientes favorecido, pues bien. Mi idea no es obtener parroquianos, mucho menos entroncarlos con esto. Es un espacio de un amigo para amigos. Es todo.

No es innecesario mencionar que soy una persona que ha dejado todo atrás para seguir a Cristo. Si algo me motiva es Él. Definitivamente, he separado un espacio para mi Dios: el cual pueden visitar en este link.

Y bueno, acostumbrados, algunos conocidos míos a mis vaivenes preferenciales, a veces, peligrosos (pero nunca mal intencionados), les agradezco mucho su visita. Con un mohín en mis labios, y con siseos excesivos en mis oídos, empiezo una nueva ruta, quién sabe si la termine. Bendiciones.

*La imagen es en honor al antiguo blog. Sí, sí, el de travesuras poco animadas en homenaje, en donde la libertad rebalsa cualquier borde antojadizo de represión absurda.