lunes, 5 de noviembre de 2007

Pulgas, Pelo, Perros ¿Solemnidad?

Acabo de descubrir la idea más infantilmente brillante sacudiéndome los oídos (para variar). Se trata de formalizar, ceremoniar, oficiar, celebrar el día del animal más humanizado -en el sentido de complementariedad- que existe: el perro. No sé si el mejor amigo del hombre, pero sí, como diría Jules Winnfield (personaje de mi pelicula favorita que encarna Samuel L. Jackson), el de más personalidad -comparado con un cerdo, por supuesto- acaso "perronalidad". Sin duda, un perro es un ser fácil ¿por eso nos gustan tanto, verdad?

En fin, buscando en la red alguna suerte de Dog's day me vine a encontrar con un fenómeno climático, llamado burdamente (en español) canícula, que alude a los días en cierta temporada del año en que es más fuerte el calor, tanto en el hemisferio Sur como en el Norte. Convencido de que nunca más buscaré alguna definición o apología a alguna idea que me venga en mente en google, paso a definir el Día del Perro, según Karen Sánchez.

El Día del Perro*

Para la satisfactoria realización de dicho día han de realizarse los siguientes pasos:

1º Con necesariedad, dicho día festivo, ha de realizarse el 26 de diciembre de todos los años. Puesto que los perros también quieren una navidad, o quizás necesitan creer en el nacimiento de un Salvador también en tanto lleven una vida de perros.

2º El cumplimiento, ampliamente desarrollado en la formal Declaración de los Derecho Fundamentales de los Perros, de una correcta manifestación para el respeto de la vida perruna.

3º Por ser de carácter universal, esta celebración es exclusiva y conjunta entre seres humanos y perros.

4º Los requisitos obligatorios para una mínima correcta celebración del aludido día son:

i) Si posee dueño, sacar al perro a pasear; y si no, tener el privilegio de adoptar uno por un día.
ii) Dar abundante alimento, que el mercado se encargará de abastecer en caso de alta demanda, a cualquier perro visto en la calle.
iii) Ponerle en el cuello, luego de un baño por supuesto, una medalla de honor y agradecimiento por demostrarnos que son más perros que nosotros.
iv) Cada persona deberá dejar un hueso -de las sobras del día de la festividad anterior preferiblemente- y agua limpia, en la puerta de su domicilio.
v) Comprar y usar, por ese día, un polo (esperemos diseñado y repartido por la planteadora de esta idea) que haga notar claramente "Yo Y a los perros".
vi) Mantener el decorado con motivos de perros, para que el ornato poblacional se una en una sola voz, o ladrido.

5º El que incumpla esta norma, será drásticamente mordido por un perro con dosis extra de rabia.

*El comité organizador de este tremens evento y, con súplica, el descabellado escritor de tan maniaca petición, no se responsabiliza si alguna que otra perrita se encuentra en celo y se desarrolla una hecatombe perruna en el mundo.